Soneto [1]
Represéntase la brevedad de lo que se vive y cuán nada parece lo que se vivió.
Éste soneto pertenece a Francisco Gómez de Quevedo y Villegas, más conocido como Francisco de Quevedo. Nacido en Madrid en 1580, cultivó tanto la prosa como la poesía y es uno de los autores más importantes del Siglo de Oro español. Cursó sus estudios en el colegio imperial de los jesuitas, en la universidad de Alcalá de Henares y teología en la Universidad de Valladolid. Estudioso de filosofía y lenguas clásicas y modernas (conocía las lenguas hebrea, griega, latina y modernas), destacó por su gran cultura. En 1606 vuelve a Madrid protegido por el duque de Osuna, que lo llama a Italia en 1613. Al perder el duque de Osuna el favor del rey Felipe II, Quevedo es desterrado a una de sus posesiones para pasar a ser luego nombrado secretario del rey por Felipe IV.
Se casa con la viuda Esperanza de Mendoza en 1634 pero no le proporciona ningún tipo de felicidad y se separa de ella pocos meses después. Más tarde, en 1639 es acusado de haber escrito un memorial crítico dirigido al rey, del que dicen habla de una conspiración contra el gobierno y por ello es encarcelado en el monasterio de San Marcos (León). En su estancia en prisión su salud empeora gradualmente.
En 1643 es liberado y se retira a La Torre de Juan Abad para después instalarse en Villanueva de los Infantes donde muere el 8 de septiembre de 1645.
En este poema, incluido en el libro recopilatorio El Parnaso español y musas castellanas (1648), Francisco de Quevedo transmite su admiración y su sorpresa ante la rapidez con la que el tiempo le ha pasado sin que él se diera cuenta, de lo rápido que ha envejecido y de lo próxima que está ahora su muerte. Para ello utiliza como voz poética la pura expresión, ya que la voz poética se expresa únicamente por medio del yo poético en primera persona. Puede apreciarse en el verso 11: soy un fue, y un será, y un es cansado.
El tema tratado es la fugacidad con la que pasa la vida, expresado en el título del soneto responde al tópico literario del tempos fugit o fugit irreparable tempos ( “el tiempo pasa irremediablemente”, referente a la fugacidad de la vida humana, el carácter irrecuperable del tiempo vivido). También podría interpretarse el tópico literario del Carpe diem (“goza el día”. Incita a aprovechar la juventud, debido al paso rápido del tiempo.)
La estructura del poema es la própia del soneto: dos cuartetos y dos tercetos, cuya métrica es de versos simples de arte mayor, endecasílabos, con rima consonante en las dos primeras estrofas (ABBA ABBA) abrazadas y las dos últimas (CDC DCD) encadenadas. El poema es poliestrófico por tener más de una estrofa y estas son isométricas, ya que todos los versos poseen el mismo número de sílabas métricas.
En su contenido pueden apreciarse distintos recursos expresivos, como antítesis u oxímoron, metonímia, personificación o prosopopeya e interrogaciones retóricas. Una antítesis (recurso de oposición) perteneciente al poema es la que aparece en el verso número 13: pañales y mortaja, y he quedado (dándo así una contraposición entre dos palabras, pañales y mortaja, que realzan el contraste de los elementos contrapuestos). Otro recurso utilizado es la metonímia ( recurso de semejanza referente a la sustitución de un término por otro con una relación de proximidad entre ambos) también en el verso número 13, ya que pañales puede sustituir a nacimiento y mortaja a muerte.
Una interrogación retórica y una exclamación aparecen en el primer verso, ¡Ah de la vida!… ¿Nadie me responde?, la última parte sería la interrogación retórica, ya que es una pregunta que no pretende manifestar duda o ser contestada, sino una afirmación o el simple hecho de conceder más vigor a lo dicho. ¡Ah de la vida! es la exclamación.
En el primer terceto, Ayer se fue; mañana no ha llegado; / hoy se está yendo sin parar un punto, hace su aparición la asíndeton ( recurso de omisión en el que se suprimen las conjunciones para otorgar más agilidad al poema). Por el contrario también existe la polisíndeton en el verso 11 con la repetición de la conjunción “y” : soy un fue, y un será, y un es cansado, ý también en el verso 12: en el hoy y mañana y ayer, junto.
El poeta expresa su asombro en la metáfora del verso 11 soy un fue, y un será, y un es cansado, dejando claro con el último adjetivo su estado de ánimo.
Por último aparece una personificación o prosopopeya ( atribución de acciones y cualidades de seres animados a cosas inanimadas) en el tercer y cuarto verso de la primera estrofa, La Fortuna mis tiempos ha mordido; / las Horas mi locura las esconde, dando así cualidades animadas a la suerte y el tiempo, también en los dos primeros versos de la segunda estrofa con “salud” y “edad”.
Al medir las sílabas de un verso también se diferencian fenómenos métricos tales como: sinalefas (unión en un sola sílaba métrica de la sílaba final de una palabra acabada en vocal y de la primera de la siguiente que también comienza por vocal) que aparecen en: la salud y la edad se hayan huido! (la edad) , y no hay calamidad que no me ronde (no hay) , ayer se fue mañana no ha llegado (no ha) , etc.
Quevedo utiliza muchos juegos de palabras. El primero está en el verso primero, utilizando la expresión formada sobre ¡Ah la casa!, utilizada para llamar cuando se llegaba a una casa, en este caso sustituida “casa” por “vida”. En el último terceto deja clara su resignación aceptando ya su muerte y dejando claro el resultado de su reflexión con la última palabra: difunto. También es frecuente la sustantivación de formas verbales: Soy un fue, un será y un es cansado.
Por último, el sonido y la imagen elegidas:
He elegido la canción No tornaran del grupo catalán Whiskyn’s, ya que habla de que el tiempo pasa, los minutos en el reloj van adelante y que los recuerdos y momentos pasados nunca jamás volverán. He tenido dificultades para elegir, ya que tenía distintas opciones como Llença’t o No és massa tart de Lax’n Busto, the time of your life de Green Day o Corren de Gossos, pero finalmente he elegido No tornaran porque me parecía la más adecuada.
Música
La imagen elegida para acompañar este poema ha sido la de un reloj ya que el tema principal del poema es el paso del tiempo, por tanto un reloj lo representa a la perfección.
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