Marc García González 1º Bachillerato B

Salmo XVII

Enseña cómo todas las cosas avisan de la muerte

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Este poema, titulado Salmo XVII, es una de las obras de Francisco de Quevedo y Villegas, considerado uno de los intelectuales españoles más importantes del siglo XVII por ser uno de los más polifacéticos de la época (Siglo de Oro). Nacido en Madrid en septiembre de 1580, vivió mayoritariamente en la Corte, siendo desterrado y pasando sus últimos años en la cárcel. Falleció en Villanueva de los Infantes (Ciudad Real) el 8 de septiembre del año 1645. Sus padres y hermano mayor murieron muy pronto, por lo que se sintió bastante desprotegido. Esta sensación de hombre solitario se vio incrementada por una serie de defectos físicos (era miope, cojo y con problemas de espalda), por lo que su carácter se describe como tímido y a la vez violento. Estudió Teología y Humanidades, adquiriendo una sólida formación y trasladándose a la corte de Madrid, época en la que escribió numerosos poemas y algunas sátiras. En 1632, tras un periodo en Italia fue nombrado a su regreso a España secretario del Monarca. Seis años más tarde, el 7 de diciembre de 1639 fue detenido en Madrid acusado de sospechoso de ciertas actividades políticas internacionales y encarcelado en un calabozo del convento de San Marcos, situado en León, hasta 1644, muriendo enfermo poco después de su liberación.

Mientras Lope de Vega y Calderón de la Barca triunfaban en el importante género de la época, el teatro, Francisco de Quevedo fue uno de los grandes destacados tanto en la poesía– junto a Góngora– como en la prosa– junto a Baltasar Gracián–. Entre sus obras en prosa destacan: “Historia de la vida del Buscón, llamado Don Pablos Cimorras, ejemplo de vagabundos y espejo de tacaños”, tipo de novela picaresca, y “Sueños”, como obra satírica; aunque es en sus obras poéticas donde el autor alcanza mayor belleza e intensidad.

Este autor cultivó la poesía barroca expresada en un estilo literario lleno de artificios, dejando atrás el estilo de naturaleza renacentista, y utilizando para ello numerosos juegos de palabras, metáforas, antítesis, etc.

Cabe decir que en Quevedo la crítica social es tan importante como en otros autores, siguiendo siempre la línea del conceptismo, es decir, mostrando ante todo el ingenio del autor a través del uso de la lengua.

Fue además creador de palabras. Algunos ejemplos: “archipobre” (muy pobre), “naricismo” (de gran nariz)…

Por lo que hace referencia a este poema en concreto, la voz poética se expresa por medio del yo poético, utilizando la primera persona, consiguiendo así la pura expresión. Se puede apreciar en los verbos conjugados (miré, entré…) y en los pronombres posesivos (mía).

El Salmo XVII de Francisco de Quevedo trata el tema de la muerte (Memento mori) y del paso del tiempo (Fugit irreparabile tempus), que es uno de los temas más usados en la poesía barroca del siglo XVII, ya que el pesimismo es una de las actitudes características de esta época. Los artistas del Barroco reflexionan constantemente sobre la muerte y esto hace que en sus temas aparezcan de forma repetitiva el desprecio hacia la vida, las ruinas, etc. Todo ello fruto de la época social del momento– el imperio español comienza su decadencia y la burguesía pierde poder económico–.

Si analizamos el poema, se pueden observar claramente tres partes. En la primera (estrofa 1), el poeta observa los muros de su patria, dándose cuenta de que el paso del tiempo tiene sus consecuencias. En la segunda parte del poema (estrofa 2), el autor sale al campo y analiza todo lo que ve. En la tercera parte del poema (estrofas 3 y 4), el poeta, ya en su casa, describe el dolor que siente por el paso del tiempo, que también le ha afectado a él, haciendo que espere la muerte.

Por otro lado, podemos analizar también los abundantes recursos expresivos que utiliza Francisco de Quevedo en esta obra:

· Metáfora- Identidad entre dos realidades (el termino real y el término evocado):

Verso 1: “Muros de la patria mía”. Puede hacer referencia a la decadencia de España, al motivo tradicional de las ruinas, al cuerpo humano…

Versos 5 y 6: “el sol bebía los arroyos del hielo desatados”. Es una manera de decir que el cuerpo se desgasta con el paso del tiempo.

· Hipérbaton- Inversión del orden sintáctico regular de una oración: aparece en los versos 3, 6, 7, 10 y 12.

· Elipsis- Supresión de elementos de la oración sin que se altere su compresión:

Verso 2: “si un tiempo (los muros) fuertes”.

· Antítesis- Contraposición de dos palabras u oraciones de significado opuesto:

Verso 2: “fuertes – desmoronados”.

Verso 8: “sombras – luz.”

· Personificación- Atribución de características del ser humano a seres irracionales:

Versos 5 y 6: “el sol bebía los arroyos”.

Verso 8: “del monte (…) con sombras hurtó”.

· Encabalgamiento- Unidad sintáctica que no acaba al final de un verso, sino que se completa en el siguiente: aparece en los versos 5 y 6

La métrica del poema corresponde a la de un soneto, formado por catorce versos (agrupados en dos cuartetos y dos tercetos) endecasílabos con rima ABBA ABBA CDE CDE. , a lo largo de los cuales se hallan los siguientes fenómenos métricos:

· Sinalefa:

Verso 2: si un Verso 3: la edad

Verso 5: Salíme al Verso 5: que el

Verso 9: entré en Verso 9: que amancillada

Verso 10: de anciana Verso 10: anciana habitación

Verso 11: corvo y Verso 12: la edad

Verso 12: mi espalda Verso 13: no hallé

Verso 13: cosa en

· Hiato:

Verso 1: mía Verso 4: mía

Verso 5: bebía Verso 8: día

Tanto la imagen elegida como el poema expresan un estado de ánimo que intenta impresionar al espectador al transmitir un sentimiento de tristeza, soledad y profunda melancolía. En la imagen se muestra una composición expresiva, donde el dramatismo se consigue utilizando la técnica de luz característica de la época: el tenebrismo- contraste entre luz brillante y oscuridad profunda-.

He elegido esta música porque es una composición que me transmite tristeza y nostalgia al escucharla:

Es interesante acabar diciendo que la vida de Quevedo está llena de anécdotas. Se cuenta de él que un día apostó con algunos amigos si tendría o no el valor suficiente para llamar “coja” a la Reina. Ante la incredulidad de éstos, se presentó ante la Reina con unas flores y le dijo: “Entre esta rosa blanca y esta roja, Su Majestad escoja”.

Relación Renacimiento italiano & Renacimiento español.

El Renacimiento es una de las épocas más brillantes en la época del arte universal. Nace en Italia como corriente que intenta resucitar las formas griegas y romanas. El fenómeno renacentista se prolonga desde el 1300 hasta el 1600.

En su desarrollo hay que señalar dos etapas fundamentales: el Quattrocento (siglo XV), y el Cinquecento. Durante la primera etapa Florencia es la capital artística de Italia, impulsada por los mecenas. Posteriormente, en el siglo XVI, la capital se traslada a Roma, siendo el momento de máxima expresión y apogeo, con el triunfo de la claridad, la simplicidad y la grandiosidad de las obras. Claro ejemplo es la Basílica de San Pedro del Vaticano, primera iglesia de la cristiandad, construida bajo el mecenazgo de los papas Julio II y León X. Miguel Angel y Rafael son los dos genios del arte renacentista italiano.

En España, la arquitectura renacentista se introduce con un estilo muy propio denominado arte plateresco, caracterizado por la exuberancia decorativa de las fachadas y la delicadeza de trazos. La ciudad donde se concentra con más brillantez es Salamanca. En cuanto a escultura, destacan la riqueza de obras en madera policromada, destacando el trabajo en España de muchos maestros italianos y flamencos. En pintura, sobresale la gran figura del momento, Domenico Theotocopuli, conocido como el Greco, que aunque fue un pintor cronológicamente renacentista creó un estilo y técnica tan personal como evolutivo.